Su elevado aporte de agua la convierten en un potente hidratante y un magnífico diurético, por lo que su consumo está indicado para quienes padecen cálculos renales, ácido úrico elevado, hipertensión y problemas de retención de líquidos. Por todo esto, también favorece la eliminación de sustancias de desecho por la orina, y resulta una ayuda como desintoxicante.
Su baja cantidad de calorías la convierte en una fruta ideal en las dietas de adelgazamiento.
Algunas variedades de sandía se consideran una fuente moderada de licopeno, sustancia que reduce el riesgo de ciertos tipos de cáncer al tiempo que actúa contra los radicales libres, ayudando así a la reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares y degenerativas.