El tomate cereza es un fruto pequeño y redondeado, cuyo tamaño varía entre una yema de un dedo y una pelota de golf, y su forma puede ser esférica o ligeramente obolonga. Suele ser de color rojo, aunque existen variedades de color naranja, amarillo, verde, y negro.
El licopeno es el pigmento que da color a esta fruta y que además se encarga de retrasar la oxidación de las células.
Los tomates tienen un total de 8 vitaminas y hasta 16 minerales diferentes. A, B1, B2, B3, B6, C, K y E, potasio, cloro, fósforo, calcio, azufre, magnesio, sodio, hierro, cobre, zinc, yodo, cobalto, manganeso, cromo, níquel y flúor.
Su gran cantidad de vitamina A ayuda a la mejora de la visión además de evitar enfermedades visuales.
Los tomates cherry contienen ácido cumárico y ácido clorogénico necesarios en la lucha contra las nitrosaminas que se produce al fumar. Destacar que las nitrosaminas son los principales agentes cancerígenos presentes en el humo de un cigarro.
Los tomates cherry contienen un alto porcentaje de agua, lo que los convierten en un alimento perfectamente compatible con las dietas de adelgazamiento.