¿Sabías que hay un tipo de pera para cada mes del año?
Jugosa, refrescante, ideal para zumos y perfecta para combinarla con el chocolate. La pera es una de esas frutas que tanto se pueden consumir en verano como en invierno. No en vano hay más de un millar de variedades siendo las más comunes en nuestros mercados la limonera, ercolina, blanquilla o de Aranjuez, la Williams, Conferencia y Pera de San Juan.
Además, están las Denominaciones de Origen Protegida a las peras de Jumilla (Murcia), Lleida (Cataluña) y Rincón de Soto (La Rioja). La de Jumilla es de color amarillo, con fondo verde, de pulpa blanca, jugosa y sabor muy dulce. La de Lleida se corresponde con la pera blanquilla, la limonera y la Conferencia. Y la de Rincón de Soto, es una pera grande, alargada y con un color verde más intenso, con una piel rugosa.
Cada mes tiene su pera, por esa abundancia de variedades que llenan los expositores de las fruterías a partir de junio y hasta diciembre. La que más encaja con la temporada actual es la blanquilla, también conocida como pera de agua y el mejor mes para disfrutar de ellas es agosto.
Pese a su apariencia frágil es una fuente de energía rápida. La mayor parte de sus calorías se encuentran en forma de azúcares, aunque debido a la presencia de levulosa es muy bien tolerada por los diabéticos.
De fácil y rápida digestión, siempre que esté tierna y madura, es un bálsamo medicinal para quienes tengan un aparato digestivo delicado, sobre todo si la comen cocida. Es astringente y también favorece la eliminación de ácido úrico. Y para aquellos que estén en pleno proceso de perder unos kilos de más, es una buena compañera pues ayuda a combatir la retención de líquidos y tiene poco contenido calórico.
Es excelente tanto para los niños, como para las personas mayores por cuanto facilita el crecimiento óseo, depura el organismo, aporta calcio y facilita la descalcificación de las arterias.
Su producción mundial está limitada a zonas con clima templado. Es muy popular en China, más incluso que la manzana, sobre todo los tipos orientales. España ocupa un buen lugar en este ranking, por detrás de China, Italia y Estados Unidos.
Con ella se pueden preparar zumos y licuados; también es buen ingrediente para ensaladas, con lechugas variadas (sobre todo endivia y berros) y frutos secos. En compota, para enriquecer tartas o crêpes, o sencillamente asadas, potenciando su sabor con jengibre, canela o anís estrellado.
Lo mejor es comerlas rápido, si no, para conservarlas hay que ponerlas en la parte baja de la nevera no más de dos o tres días.
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