Buscando alternativas ante el precio de la sandía y el melón: frutas más baratas y postres menos saludables
- Las condiciones climáticas han reducido la producción un 50%
- El campo se ha recuperado en junio y los precios deberían bajar
La impresionante subida de los precios de los alimentos está afectando a la cesta de la compra de la gran mayoría de españoles. Una de las damnificadas ha sido la fruta, que se sigue comprando, pero en menor cantidad de la deseada, debido al encarecimiento de las codiciadas sandías, melones y melocotones, los productos estrella del verano, sobre todo con tanto calor.
Tras superar una pandemia, la huelga de transportes, una erupción volcánica y terribles condiciones meteorológicas, el mercado de la fruta fresca vive un momento histórico inflacionista. Ya en abril se registraba un importante incremento del precio de la fruta, que superaba el 10%. La sandía lideraba las alzas con un 18%. Y desde entonces han seguido subiendo.
Una subida de precios, la mayor en 28 años, que está teniendo efectos en los hábitos de compra, según recuerdan desde la Organización de Consumidores (OCU). Una encuesta de la propia asociación, recogida por EFE, señala que son más de la mitad de los compradores los que han modificado sus rutinas, adaptándolas a su renta. De hecho, uno de cada cinco han dejado de comprar determinados alimentos, como carne, pescado, frutas o verduras.
¿Y qué están haciendo con las deseadas frutas? Pues buscando postres alternativos más baratos, que, por desgracia, pueden no ser igual de sanos. En el mejor de los casos, si la fruta de verano está cara, pues buscarán otras que no sean exclusivas de la temporada, como la banana o la manzana.
Menor producción y precios elevados
Los agricultores reconocen que los precios de la fruta han sido poco accesibles para el consumidor. La producción de sandía y melón, productos estrella del verano, ha sido corta, en torno a la mitad de lo habitual, debido a la calima y las lluvias, además de una menor entrada de estas frutas desde Senegal. Sin embargo, en junio la producción está siendo buena, así que debería bajar el precio, según adelantan desde COAG. Por ejemplo, el agricultor cobraba en mayo la sandía a 85 céntimos el kilo, como consecuencia del aumento de costes, mientras que ahora está cobrándola a 18 céntimos.
Aprovecha la asociación para criticar a las cadenas de distribución por mantener los precios, a pesar de ese descenso, lo que supone una amenaza para el consumo.
Situación similar vive la fruta de hueso, que también se ha encarecido. Desde Fepex culpan, de nuevo, a las malas condiciones climatológicas, que han castigado la producción. En Cataluña calculan que han perdido casi el 70% del potencial productivo de melocotones y nectarinas, por culpa de las heladas y el granizo. Pérdidas similares a las registradas en Aragón, que además ha visto cómo la producción de albaricoque se hundía un 90%. Mientras que en Murcia calculan que recogerán un 20% menos de fruta de hueso.
Mientras tanto, el consumidor espera con paciencia la evolución de la fruta de verano, un manjar que se está cobrando a precios de lujo.
Fuente: https://www.eleconomista.es/