El calabacín es una de las hortalizas más versátiles y saludables que podemos encontrar en la frutería durante buena parte del año. Su sabor suave, textura tierna y facilidad para integrarse en todo tipo de platos —desde cremas y salteados hasta ensaladas y pastas— lo convierten en un imprescindible de la cocina diaria. Pero hay una pregunta que muchas personas se hacen: ¿es mejor comer el calabacín con piel o sin piel?
La piel, una fuente de beneficios
La respuesta más sencilla es: sí, puedes y deberías comer el calabacín con piel. Siempre que esté bien lavado, su piel es completamente comestible y aporta muchos beneficios nutricionales.
🔹 Más fibra: La piel del calabacín contiene buena parte de su fibra, lo que ayuda a mejorar el tránsito intestinal y a mantener la sensación de saciedad por más tiempo.
🔹 Antioxidantes y vitaminas: En la piel se concentran antioxidantes como la luteína y la zeaxantina, además de vitaminas como la C y la A, que ayudan a proteger la salud ocular y fortalecen el sistema inmunológico.
🔹 Aprovechamiento total: Al consumir el calabacín con piel, no solo estás ganando en nutrientes, sino también reduciendo el desperdicio alimentario. ¡Una opción más sostenible!
¿Y cuándo es mejor pelarlo?
Aunque en la mayoría de los casos no es necesario pelarlo, hay situaciones en las que quitar la piel puede ser recomendable:
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Si el calabacín es grande o ha madurado demasiado, su piel puede estar algo más dura o tener un sabor más amargo.
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En algunas recetas específicas, como purés muy finos o postres, puede ser preferible pelarlo por cuestiones de textura o color.
Consejos para consumirlo con piel
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Elige calabacines frescos, firmes y de piel lisa. Los más jóvenes y pequeños suelen tener la piel más fina y suave.
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Lava bien la piel con agua antes de cocinarlo. No es necesario usar productos especiales: un buen cepillado suave basta.
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Puedes cortarlo en rodajas, cubos o incluso rallarlo, sin necesidad de pelarlo, para preparar tortillas, salteados o ensaladas crujientes.
Siempre que esté fresco y bien lavado, el calabacín se puede consumir con piel. De esta forma, aprovecharás mejor sus propiedades y obtendrás un alimento más completo y sabroso.
¿Ya lo has probado así? ¡Anímate a incluirlo en tus platos de cada día!