Es una fruta dulce y muy carnosa, además de muy noble con tu digestión. Sigue leyendo y descubre por qué nos encanta:
Es una buena fuente de potasio, mineral necesario para la transmisión y generación del pulso nervioso y la actividad muscular.
El potasio, junto con el ácido málico que contiene, logran un efecto diurético, el cual ayuda a personas con hiperuricemia , gota y cálculos renales.
Su fibra ayuda a disminuir la absorción del colesterol malo, por ello es una fruta muy buena para las personas con colesterol alto.
Además de su efecto laxante, retiene y reduce la velocidad de vaciamiento gástrico y la de absorción de los hidratos de carbono lo que, en pocas palabras, produce saciedad. Por eso la ciruela es aliada en regímenes de adelgazamiento.
Es rica en agua y fibra, así como en sustancias laxantes como el sorbitol, por lo que contribuye a mejorar el tránsito intestinal (particularmente cuando se come en mermelada o secas). Niños, mujeres embarazadas y adultos con problemas de estreñimiento, ¡esta debe ser tu fruta favorita!
Contiene, moderadamente, provitamina A (en mayor medida en las de color oscuro) y vitamina E. Ambas tienen acción antioxidante.
Tiene unos pigmentos llamados antocianinas (responsables del color de su piel) que la hacen antioxidante y antiséptica, lo cual se asocia con ser menos propenso a padecer enfermedades cardiovasculares.
Quienes tienen cálculos renales deben ser cuidadosos con su consumo.
Un estudio comparativo entre 21 países concluye que España y Eslovenia lideran el consumo de hortalizas
En un lado, una mujer de 40 años portuguesa de un alto nivel educativo. En otro, un hombre húngaro de la misma edad, pero de la clase social más baja de su país. La primera cumple la recomendación de la Organización Mundial de la Salud de comer al menos cinco frutas o verduras al día. El segundo ni siquiera llega a una. Estos son los dos extremos del balance que desvela un estudio comparativo del consumo de fruta y verdura en Europa que se publica este miércoles en la revista PLOS ONE y recopila respuestas de 37.672 personas de 21 países.
Los resultados, basados en una dicotomía entre los que comen menos de una fruta o verdura y los que comen una o más, confirman de nuevo que las mujeres comen de forma más saludable que los hombres. Otro de los aspectos esperados e inquietantes para la comunidad científica y que se lleva demostrando desde hace años —la última vez la semana pasada con otro estudio publicado en la misma revista— es que la gente de un nivel educativo más alto consume, en general, más fruta y verdura que los de un nivel menor y tiene, por lo tanto, una dieta más equilibrada.
Un total de 1,7 millones (un 2,8%) de las muertes anuales en todo el mundo son atribuibles al bajo consumo de estos productos, según la OMS. Aileen Robertson, docente en la Escuela Global de Nutrición y Salud de Dinamarca (GNH, por sus siglas en inglés) y asesora en nutrición de la Alianza Europea de Salud Pública (EPHA), lleva trabajando en esto 47 años por todo el continente. La experta insiste en que una fruta diaria, aunque el estudio lo apunte como “alto consumo” al igual que cinco, sigue sin ser suficiente. “La pregunta que nos hacemos desde la salud pública europea es cuántas personas consiguen tomar la cantidad recomendable de un mínimo 400 gramos por día», comenta.
Brecha social
Inglaterra es el país que tiene la mayor brecha social en cuanto a adquisición de estos productos saludables y España o Turquía se sitúan entre los que cuentan con la menor diferencia, según los datos de 2014 de la Oficina Europea de Estadística. Robertson estima que esto se debe a la posibilidad de estos países de cultivar sus propios alimentos. Además, explica que a las poblaciones de nivel social más bajo que viven en las ciudades les cuesta mucho cumplir la recomendación de la OMS. «Imagínese una madre soltera con tres hijos al hacer la compra. Tendría que llevar casi un kilogramo de fruta o verdura por día por persona”, ejemplifica.
En la misma línea, Tonje Holte, la principal autora del estudio e investigadora en la Universidad de Agder (Noruega), cree que Eslovenia, Portugal y España, que lideran el listado, se podrían tomar como ejemplo para países como Hungría y Checoslovaquia, los últimos eslabones de la cadena. «No hemos demostrado todavía el porqué, pero mi teoría es que los países que más consumen estos productos son los que tienen más espacio y posibilidad de producirlos”, opina la experta. La próxima etapa de su trabajo es ver qué se puede aprender de estos países “ejemplares”, cómo viven y qué métodos utilizan. «Así, podremos evaluar mejor la situación y encontrar soluciones viables a estas desigualdades”, confía.
Para Beatriz Robles, nutricionista dietista española, autora de Come seguro comiendo de todo (Planeta, 2020) y docente en la Universidad Isabel I (Burgos), lo más importante es que el acceso a los productos acentúa la desigualdad entre países productores o no, pero también fomenta la diferencia interna. “El nivel económico se relaciona con el código postal. El problema es la accesibilidad a determinados alimentos insanos que están concentrados en zonas de menos estatus económico”, comenta.
Una de las soluciones más evidentes que dan los expertoses encarecer los productos insanos para equilibrar el mercado y mejorar la salud. Julio Basulto, nutricionista en la Universidad Central de Cataluña (Vic), y la autora del estudio están convencidos de que lo más importante es parar de ingerir comida insana. «Lo de bajar el precio de la verdura, aunque sea esencial, lo veo difícil. Me centraría más en una legislación que ponga un impuesto sobre lo malo”, propone el científico español.
Brecha de género
Para Robertson la desigualdad entre hombres y mujeres a la hora de alimentarse es muy preocupante. Los hombres son los que más riesgo tienen de padecer enfermedades cardiovasculares y por eso es necesario, desde la infancia, enseñar cómo comer, cocinar y apreciar estos alimentos. “Al nacer solo se quiere lo dulce y hay que acostumbrar al niño a otros sabores. Si no, nunca conseguirá apreciar lo que es sano para él”, aconseja. Además, todos los expertos consultados quieren que se dejen de transmitir mensajes como que un hombre tiene que comer buena carne y que una mujer debe, mejor, pedir una ensalada para cuidar de su línea.
Por lo tanto, la educación y la publicidad “mal enfocada”, como la llama Robles, son otros problemas donde es necesario actuar. Los especialistas piden un cambio cultural que, obviamente, requiere tiempo, ya que es una norma social muy establecida. Holte, autor del estudio, reconoce que las mujeres tienen más conocimiento en comida saludable y se preocupan más por ello. “Pero eso es porque la publicidad de estos productos va dirigida principalmente hacia ellas. Es esencial que la industria se dirija a otra audiencia: los hombres”, asevera.
Robles, la docente española, recuerda que tradicionalmente las mujeres han sido las que tenían que diseñar los menús para toda la familia. “Intentaban meter fruta y verduras para que sus hijos coman sano. Sobre ella recaía la responsabilidad de la dieta de toda la familia”, argumenta. Pese a ello, la nutricionista añade que esta dinámica está cambiando y que los hombres ahora se implican mucho más.
El estudio tiene una limitación importante para Robles: “Tampoco nos dicen lo que es una ración. Podría tratarse de una fresa o de un melón.» Además, como lo anotan los autores en el estudio, al tratarse de cuestionarios rellenados por la población, es posible que haya personas que subestiman o sobrestiman su consumo.
Curiosidades de España
El consumo de la población española llama la atención de los investigadores noruegos ya que come mucha más fruta que verdura, según lo muestra Tonje Holte, autora del estudio, en un gráfico. Cuando se trata de fruta, España está pintada de verde, cuando se habla de verdura, de rojo, como Hungría. “¿A qué se debe?”, pregunta la autora. Nadie tiene la respuesta todavía. Julio Basulto asegura que sería necesario hacer un estudio, pero tiene alguna idea: “La fruta es más barata, tenemos más disponibilidad y somos buenos productores. Y otro factor importante que veo es el sabor”. Otra curiosidad de España es que los ciudadanos de nivel educativo intermedio consumen menos fruta y verdura que los de baja. La autora supone que al tenerlo más accesible en su jardín, al cultivarlo ellos mismos en las zonas rurales, pues comen más. La investigadora cree que el ejemplo de España podría servir para promover la jardinería doméstica basada en frutas y verduras localmente adaptables y culturalmente aceptables.
Las frutas y las verduras constituyen una parte importante en la dieta básica de todas las personas. Seguramente, en más de una ocasión, te habrás preguntado la diferencia entre fruta y verdura. Pues bien, en este artículo te damos las pistas para establecer la diferencia de estos dos elementos imprescindibles en nuestra alimentación que provienen del reino vegetal. ¡Toma nota!
Qué diferencias hay entre frutas y verduras
Para conocer la diferencia entre fruta y verdura te damos las siguientes pistas:
Las frutas son de colores variados. En cambio, en la mayoría de verduras predomina un único color: el verde.
La fruta tiene semillas, ya sea por dentro o por fuera. Las verduras no las tienen.
Otra diferencia entre fruta y verdura es que las primeras son, en su gran mayoría, dulces, ácidas o incluso amargas. Por el contrario, las verduras no son dulces.
Las frutas son bajas en calorías y grasas, pero presentan un alto contenido de fibra y azúcares naturales. Las verduras escasean en grasas y calorías pero tienen un alto índice de fibra.
Muchas frutas son de sabor dulce con semillas amargas, pues contienen un azúcar simple llamado fructosa. Por otro lado, los vegetales son mucho menos dulces pues contienen menos fructosa.
Una última diferencia entre fruta y verdura es que estas últimas se comen en los platos principales de nuestro menú mientras que las frutas pasan a un segundo plato. El postre y se pueden combinar con antojos tales como el chocolate.
Cómo se diferencia una fruta de una verdura
Resulta obvio que las frutas y las verduras provienen de las plantas. Su origen radica en la naturaleza y las dos comparten la misma función: servirnos de alimento. Pero entre ellas, radican ciertas diferencias. Para establecer la diferencia entre fruta y verdura debemos conocer primero el origen del todo. Labotánica, como gran ciencia, las define muy bien:
Lafrutaes la parte de la flor de la planta.
Laverduraprocede de otras partes de la planta.
Así pues, la fruta es el ovario maduro y contiene semillas y la verdura es la parte comestible de la planta. Con su estructura, su procedencia y sus valores nutritivos podemos establecer cuál es la diferencia entre fruta y verdura.
Tanto frutas como verduras poseen altos valores nutricionales, pues contienen muchas vitaminas y son bajas en grasas y calorías. Que las dudas no te coman. Cómete tú las frutas y verduras. ¿Te atreves a diferenciarlas? ¿Eres más de fruta y verdura?
Algunos mohos producen micotoxinas que pueden derivar en una intoxicación crónica
Es frecuente que alguna de lasfrutasque tenemos en casa aparezca con unamancha marrón reblandecida. Lo más habitual es cortar el pedazo estropeado y comerse el resto de la pieza. Incluso a veces podemos hincarle el diente y darnos cuenta de que no está en buenas condiciones por el sabor a podrido que nos deja.
En principio no es peligroso para la salud y no es habitual, aunque tampoco imposible, que provoque algún tipo de malestar. Pero hay excepciones y personas que han desarrollado alergia al moho y que podrían verse afectadas. “Las frutas padecen lo que se conoce como pardeamiento enzimático”, explicaMiguel Ángel Lurueña, doctor en Ciencia y Tecnología de los Alimentos. “Eso ocurre porque se rompen las células y las enzimas entran en contacto con elementos externos que las oxidan. Esto provoca que la piel se rompa y permita que el oxígeno exterior penetre en la fruta y la estropee”.
Posibles derivaciones
Las micotoxinas son sustancias derivadas de los hongos que pueden causar intoxicaciones crónicas capaces de producir cáncer de riñón y de hígado
Se trata de unareacción bioquímicaque no suele representar un riesgo para las personas, aunque hace que se pierdan parte de las vitaminas y nutrientes que aportan las frutas. Aunque lo peor es que facilita que determinados microbios y bacterias penetren en su interior, lo que sí puede incidir en la salud. “En algunos casos, laoxidaciónse nota a primera vista, como en el plátano o la manzana, también en champiñones, por ejemplo, que se oscurecen nada más cortarlos”, prosigue Lurueña, “pero es más difícil detectar cuando losmohosdesarrollan componentes tóxicos que no se aprecian a simple vista”.
Incoloras, inodoras e insípidas
Uno de estos enemigos son lasmicotoxinas, sobre las que advierteRosa Porcel, investigadora de la Universidad Politécnica de Valencia. “Son unas sustancias producidas por hongos que ni se ven ni se huelen ni tienen sabor. Pueden derivar en unaintoxicación crónica, capaz de producir cáncer de hígado y de riñón o unatoxicidad aguda, incluso mortal”. Aunque no es frecuente, sobre todo si la fruta se ha sometido a los preceptivos y obligatorios controles de sanidad.
Lo más curioso es que una de las frutas con mayor riesgo de estar infectadas por esas sustancias son lasmanzanas. “Y no sólo se infectan mientras están almacenadas, en el transporte o mientras las tenemos en casa, sino que puede suceder durante todoel proceso de cultivo, desde que se planta la semilla hasta que se recoge la fruta del árbol”, añade Porcel.
“Mi consejo es no comerlas cuando no están en perfectas condiciones y tirarlas la basurametidas en una bolsa.Pero si a alguien le sabe mal desperdiciarlas cuando sólo tienen una mancha (que nunca debe ocupar un tercio de la superficie) puede consumirla después de quitar la parte estropeada y los alrededores”. Hay que tener en cuenta, además, quelas micotoxinas no desaparecen al cocinarlasy por lo tanto tampoco se debería aprovechar las manzanas que las contienen haciendo una tarta o una compota.
Consejo
Si la mancha ocupa un tercio o más de la superficie, la fruta no se debe consumir
Mohos multicolores
El aire, la humedad y la acciónde los insectosson las causas más frecuentes de que se desarrolle moho. Está compuesto de hongos microscópicos, cuyas esporas aportandistintos coloresque se aprecian a simple vista. Como el azul-verdoso de los cítricos, el marrón de melocotones y manzanas, el blanco de los champiñones. También cambian latexturay provocan unolory sabor desagradables y fácilmente detectables.
Así y todo se puede ingerir por error y lo más probable es que no ocurra nada, porquelas bacterias y los hongoslo tienen complicado para sobrevivir en el estómago. Aunque dependiendo de la sensibilidad de cada uno podría provocar náuseas, vómitos o diarreas pasajeros. Normalmente afecta más a lasfrutas blandasque a las consistentes. Si se trata de fresones, cerezas y otras de pequeño tamaño (también vale para tomates y pepinos) hay que desecharlas y separar las estropeadas del restopara evitar el contagio. No es conveniente ni tocar ni oler el moho, porque puede causar problemas respiratorios y hay que limpiar bien la nevera donde han estado almacenadas las frutas afectadas.
Nunca es buena idea lavar las frutas hasta el momento en que se van a comer, porquela humedad no les favorece, y tampoco comprar fruta en grandes cantidades si no se va a consumir de inmediato porque, sobre todo en verano, es fácil que se estropeen en pocas horas. Otro de los problemas conel moho es que tiene raíces, que muchas veces penetran mucho más allá de la superficie sin que se aprecie a simple vista. Así que es mejor cortar las frutas antes de llevárselas a la boca y desecharlas si se aprecia algúncambio de coloración o texturaen su interior.
Un tercio de la comida que se produce acaba en la basura. ¿No te parece terrible? Alimentos en perfecto estado que se desperdician porque no sabemos qué hacer con ellos. Reaprovecharlos es una idea útil para nuestra economía y para nuestro entorno.
Quizás se te ocurran maneras de aprovechar la fruta madura o las hortalizas que sobran si has cocinado demasiadas, pero ¿que podemos hacer con las sobras de legumbres cocidas?
Ensaladas. Podemos aprovechar casi todo tipo de legumbres cocidas para elaborar una ensalda, ya sea tibia como fría, y ya sea con la legumbre sola como acompañada de lechuga y tomate u otros ingredientes que le den más sabor, como cebolla, atún, huevo duro…
Revueltos. Mezcla las legumbres con un poco de cebolla, pimentón y huevo y tendrás un delicioso revuelto. Dependiendo de las legumbres, puedes añadir otros ingredientes, como carne o morcilla. ¡Hay mil combinaciones!
Guisos. Con un sencillo sofrito tienes la base de un guiso al que puedes añadir casi cualquier cosa, verduras, hortalizas, pasta, arroz, carne y, por supuesto, legumbres. Encontrarás mil recetas, todas ellas fáciles de adaptar a tus necesidades y gustos.
Así que, ya lo sabes, la comida no se tira, se recicla.
Hemos hecho una donación de productos al Banco de Alimentos.
Ha sido un placer colaborar con tan noble causa y poder aportar nuestro granito de arena para ayudar a cientos de familias de escasos recursos.
Aprovechamos para dar las GRACIAS todos los profesionales que en estos días nos demuestran su compromiso y lealtad luchando de frente contra esta pandemia.
Todos sabemos que lo ideal es consumir la fruta fresca, es cuando mejor mantiene sus propiedades, sus vitaminas y la fibra, pero en ocasiones dejamos madurar demasiado una pieza y acabamos descartando un producto, simplemente porque a la vista parece poco apetecible. ¡No lo hagas! Hay multitud de recetas y elaboraciones que podemos preparar para aprovechar estas frutas y no tener que tirarlas.
Una forma sencilla y deliciosa de ahorrar dinero y reducir la basura que generamos.
¿Sabes qué puedes hacer con la fruta que ha madurado demasiado?
Mermeladas. Cualquier fruta es apta para hacer mermelada o compota, y, como se deshace en la cocción, su aspecto no tiene mayor relevancia. Además, la fruta madura tiene más azúcar, de modo que no tendrás que añadir tanta en la preparación. Luego, guarda la mermelada en tarros esterilizados y al vacío, para asegurarte de que se mantiene en perfecto estado.
Smoothies. Esta es una de las maneras más sencillas de aprovechar la fruta madura. Puedes utilizar un solo tipo, mezclar varias diferentes o prepararlos con leche o cereales. Además, a los niños les encantan estos deliciosos batidos.
Macedonias. Trocea la fruta en pedazos pequeños y mézclara con un poco de zumo de naranja. Es un postre ideal para todo el año, sano y apetecible. También puedes cambiar los ingredientes para mezclar frutas y verduras. Con un buen aliño tendrás una ensalada deliciosa.
Así que, ya lo sabes, la comida no se tira, se recicla.
En estos momentos tan delicados en los que estamos inmersos, es bueno incidir en los buenos hábitos y comer saludablemente. Hace ya bastantes siglos que se sospecha que el sistema inmunológico puede ser la clave para superar muchas de las peores enfermedades que se padecen. Una dieta equilibrada, el descanso, el ejercicio, un ritmo de vida relajado, la eliminación del tabaco, y la moderación en el consumo de alcohol fortalecen las defensas de forma natural
Es momento de proveer al cuerpo de los nutrientes necesarios para crear más defensas aumentando el consumo de:
1. Frutas, sobre todo los cítricos como la naranja, limón y mandarinas por la vitamina C.
2. Alimentos de alto contenido de quercetina, la cual disminuye el riesgo de enfermedades respiratorias, esta se encuentra en la cebolla, guayaba, apio, repollo, tomate y lechuga. De todos el que más tiene es la cebolla y de ellas la que más contiene es la morada.
3. Alimentos con alto contenido de lactobacilos, estos lo que hacen es que impiden la multiplicación de los virus en el cuerpo. Los encontramos en la cuajada, la leche agria y el yogurt.
4. Alimentos con vitamina E como el aceite de oliva y otros aceites
5. Sopa o caldo de pollo
También es importante evitar el estrés o estar muy preocupados, por que en ese caso el cuerpo produce sustancias que destruyen las células T que son una parte importante de la defensa del cuerpo. Trate de conservar su paz y su tranquilidad, para preservar su salud.
Hay muchas creencias sobre lo que debemos comer y lo que no por la noche. Una de ellas se refiere al consumo de fruta, sobre la cual existen algunas ideas como que comer fruta por la noche engorda, sube los niveles de azúcar en la sangre o resulta indigesta. Te explicamos si algunas de estas creencias son verdaderas o no.
Siempre vamos a recordar la importancia de consumir fruta y verdura diariamente por sus destacadosbeneficios. Este movimiento internacional apuesta por alcanzar al menos los400 gramos diariosde estos alimentos, introduciendo algo de verdura como ingrediente del primer plato o como acompañamiento y unastres piezasde fruta cada día.
Una ración de fruta supone unos 175 gramos (una pera, una manzana, un plátano o una o dos rodajas de melón). Una ración de hortalizas, por su parte, significan alrededor de 145 gramos. La campaña de ‘5 al día’ también se planteaba cómo introducir estos alimentos en la alimentación diaria.
Beneficios de la fruta
La fruta es un alimento saludable y primordial en nuestra vida. Elaguaes su principal componente, ya que cada 100 gramos contienen entre un 80 % y un 90 % de agua (esta cantidad varía en función del tipo de fruta).
Otros componentes importantes son:
Lafibra: que regula la función gastrointestinal.
Losminerales: como el potasio o el calcio.
Lasvitaminas A, C y E: la A se encarga de regenerar la piel, la C tiene propiedades antioxidantes y la E destaca por sus beneficios en la salud de los músculos.
Loshidratos de carbono: el principal azúcar de la fruta es la fructosa, así como la glucosa y la sacarosa, que son los que le dan el gusto dulce y quizás los responsables de la controversia sobre si la fruta engorda o no.
Cuándo es mejor comer fruta
LaDirectriz sobre la ingesta de azúcares para adultos y niños, elaborada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), explica algunos términos sobre el azúcar presente en la fruta. En primer lugar, distingue entre losazúcares libresy losazúcares intrínsecos.
Azúcares libres: incluyen los monosacáridos y los disacáridos que se añaden a los alimentos por los fabricantes, cocineros o consumidores. Su ingesta debe controlarse.
Azúcares intrínsecos: están presentes en las frutas y verduras enteras frescas. Según la OMS, no hay pruebas de que el consumo de azúcares intrínsecos tenga efectos adversos para la salud.
Cuando comemos una manzana, una pera o un melocotón, también estamos consumiendo azúcar natural envuelto en un paquete rico en fibra, en agua y en nutrientes.
La fruta es uno de los alimentos más fáciles de digerir. Esto hace que sea recomendable consumirla encualquier momento del día. Además, al igual que las verduras, aporta poca energía, sea cual sea el momento en el que se consume. El valor calórico, por tanto, no es distinto si la tomamos en el desayuno, entre horas o de postre.
Cenar fruta para no engordar
Aunque la fruta aporta agua y fibra y nos ayuda a eliminar líquidos, no moviliza las grasas que tengamos acumuladas, por tanto, no sirve para adelgazar. Además, unacena a base solo de frutases un error muy común y nada recomendable.
Si tomamos, por ejemplo, tres piezas o más para cenar, significa que estamos digiriendo una importante cantidad de azúcares intrínsecos de golpe. Diseñaríamos una cena totalmente desequilibrada y solo estaríamos aportando hidratos de carbono a nuestro organismo. Olvidamos, por tanto, el resto de nutrientes.
La cena, como cualquier otra comida, debe serequilibrada yvariaday debe estar formada , en una mitad del plato, por verduras y frutas, y en la otra mitad, por alimentos ricos en proteína y por alimentos ricos en hidratos de carbono (arroz o pasta integrales, patata cocida o pan integral) a partes iguales.
Como ves, una alimentación variada y saludable nos da la cantidad adecuada de todos los nutrientes que necesita nuestro organismo y nuestra mente para estar activos.
Las concentraciones altas de colesterol en la sangre ya que a la larga el colesterol puede precipitarse en la pared de las arterias provocando que éstas se tapen al formarse placas, lo cual puede provocar un ataque al corazón o una embolia.
Una investigación reciente realizada en Canadá sugiere que los arándanos, por sus propiedades antioxidantes, pueden ayudar a elevar el colesterol bueno en la sangre, cuya función principal es recoger el exceso de colesterol y llevarlo al hígado para que se procese nuevamente o se deseche.
En ese estudio se tuvo una muestra de 30 hombres 18 a 70 años con sobrepeso que bebieron jugo de arándano durante 20 semanas. Los resultados obtenidos fueron que el colesterol bueno o HDL aumentó 5mg/dl. En ese estudio se recomienda al menos un vaso diario de jugo de arándano.
Ya que las enfermedades cardiovasculares son una causa de mortalidad, es importante practicar medidas preventivas como son mantener una dieta equilibrada y balanceada, y hacer ejercicio.
Otra investigación de la Universidad de Pennsylvania sugiere que se beban 3 vasos de jugo de arándano diariamente ya que puede reducir el riesgo de enfermedad coronaria en un 40 por ciento. Se ha visto que 3 vasos diarios de jugo de arándano durante un periodo de tres meses tienden a incrementar los niveles de colesterol bueno en un 10% que puede reducir el riesgo de enfermedad coronaria en 40 por ciento.
También se observó en ese estudio que la cantidad de antioxidantes disponibles en el cuerpo puede incrementarse hasta un 121% si se beben 2 ó 3 vasos de jugo de arándano al día.
Otro estudio reciente ha investigado los niveles altos de antioxidantes que están presentes en los arándanos y que pueden tener beneficios para la salud, porque pueden ayudar a prevenir al corazón de tener una enfermedad cardiovascular. Se observó que el consumir jugo de arándano puede lograr un decremento de los niveles sanguíneos del colesterol total.
Además, el consumo de arándanos puede estar relacionado con un efecto protector del daño ocurrido en las células cerebrales durante una embolia.