Cómo elegir y conservar las ciruelas
Las ciruelas se deben escoger que no estén magulladas, golpeadas o con algunos defectos en su piel. Es normal que tengan un leve polvo mate sobre ellas, que no es señal de imperfección, sino todo lo contrario.
Al tacto deben ser firmes pero no duras, cediendo ligeramente a la presión de los dedos. Sólo deben ser verdes las ciruelas de la variedad Claudia. En caso contrario, las ciruelas aún inmaduras o algo duras se pueden dejar madurar fuera de la nevera unos días, ya que es un fruto climatérico que sigue madurando una vez se recoge del árbol.
Es conveniente no amontonarlas y conservarlas en un frutero alejado de olores intensos y de mucha luminosidad. Si no las vamos a consumir de inmediato, es mejor guardarlas en la nevera para frenar una maduración excesiva, sobre todo cuanto más delicadas sean las frutas. En el caso de recurrir al frigo, siempre es mejor sacarlas unos minutos antes de ser degustadas.
Como buena parte de las ciruelas que compramos serán utilizadas en repostería o en mermeladas, no hay tanto problema en que su carne sufra ligeramente al contacto con el frío o que las compremos algo más maduras de la cuenta.
Fuente: Directo Al Paladar