Contra el cáncer, más verdura y menos carne, refrescos y alcohol
El último gran informe sobre el cáncer confirma las recomendaciones para prevenirlo: reducir el consumo de ultraprocesados y carnes rojas y aumentar el de fruta, verdura y legumbres.
El Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer y el Instituto Estadounidense para la Investigación del Cáncer acaban de publicar su tercer informe de expertos, en el que se resume toda la evidencia sobre cómo la alimentación y la actividad física pueden llegar a influir en los procesos biológicos que sustentan el desarrollo y la progresión de esta enfermedad. Esto es lo que se sabe y lo demás son pavadas: al igual que en los dos informes anteriores, el Reiki, el extracto de azafrán, el germen de trigo verde y otros despropósitos por el estilo brillan por su ausencia. Y no es precisamente por falta de espacio, si en algo destaca este informe respecto a los anteriores es por su extensión: completo consta de cerca de 12.000 páginas (se puede descargar comprimido en este enlace) y su versión resumida, cerca de 100 (aquí para descargar). La pena es que, al menos de momento -y a diferencia con el 2º informe-, no haya material en español.
Las novedades de este tercer informe se centran en el incremento de las pruebas científicas, más que en las recomendaciones (que en esencia son muy similares a las de su predecesor). No obstante se hace un especial hincapié en observar todas las recomendaciones “anticáncer” como un todo que adquieren verdadera utilidad cuando se aplican como un estilo de vida general, en el que el todo es más que la suma de las partes.
Una de las herramientas más interesantes de este informe es la matriz gráfica en la que se muestra visualmente la información sobre cómo los diferentes aspectos dietéticos, el peso corporal y la actividad física pueden estar relacionados con el riesgo de cáncer. La magnitud de la evidencia sobre la relación de cada elemento como factor causal o preventivo del cáncer se ha clasificado en tres categorías: pruebas escasas, pruebas probables y pruebas convincentes.
El resumen del resumen sobre recomendaciones para la prevención del cáncer
Como decía, si por algo destaca este informe es por la envergadura de su información. No obstante se puede acceder a un superresumen -para gente sin tiempo para leer ni 12.000 ni 100 páginas- sobre las cuestiones que más nos interesan. Así, esto es todo lo que se sabe ahora mismo relacionado con la alimentación y la actividad física para reducir el riesgo de cáncer, y estas son las principales recomendaciones:
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Mantén un peso saludable y evita el aumento de peso a lo largo de la vida adulta
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Sé físicamente activo en el día a día: camina más y permanece sentado menos
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Las verduras, las frutas, las legumbres y los cereales integrales han de constituir una parte importante de tu dieta diaria y habitual
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Limita los alimentos procesados ricos en grasas, almidón o en azúcares -como la comida basura- con el fin de controlar la energía consumida
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Limita la presencia de carne roja y reduce tanto como sea posible los procesados cárnicos (si se pueden eliminar, mejor)
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Limita la presencia de bebidas azucaradas y consume principalmente agua y otras bebidas que no estén edulcoradas
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Limita el consumo de bebidas alcohólicas, teniendo en cuenta que para la prevención del cáncer lo mejor es no beber nada de alcohol
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Aléjate de los suplementos dietéticos -incluidas vitaminas y minerales- para prevenir el cáncer y cubre tus necesidades con alimentos
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Si puedes, da el pecho a tu bebé: es beneficioso para ambos
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Tras obtener un diagnóstico de cáncer lo mejor que se puede hacer es seguir estas mismas recomendaciones
Sé que pueden parecer recomendaciones demasiado simples, pero de eso nada: a ver quién es el guapo que las sigue a rajatabla. Me gustaría destacar algunos aspectos concretos: resulta curioso que el mensaje sobre las carnes rojas y procesadas sea prácticamente el mismo que el del 2º informe (de 2007) e incluso que el del primero (de 1997) a pesar de que fue en 2015 cuando todo el mundo se llevó las manos a la cabeza cuando la OMS se hizo eco de la misma recomendación a partir de una investigación independiente sobre el asunto.
El tema del alcohol tampoco tiene desperdicio; si bien el mensaje del 2º informe (y del 1º) iban en la misma línea, en este se hacen dos contundentes afirmaciones: que no importa el origen del alcohol -da lo mismo licores que vino o cerveza-; y que no existe un umbral de consumo de alcohol por debajo del cual el riesgo de cáncer no aumente, al menos para algunos tipos de cáncer. Es decir, para su prevención, es mejor no beber nada de alcohol, venga de donde venga.
Hablemos también de la absurda costumbre que tienen algunas personas de tomar suplementos como si no hubiera un mañana y creer, además, que lo hacen para prevenir el cáncer. Es más, el informe advierte que altas dosis de suplementos de betacaroteno -familia de pigmentos amarillo-anaranjado relacionados con la vitamina A- pueden aumentar el riesgo de cáncer de pulmón en algunas personas. Por este y otros motivos, los expertos concluyen que una alimentación adecuada y diversificada probablemente proteja mejor contra el cáncer que los suplementos dietéticos.
Sigamos analizando el consejo -también incluido versiones anteriores- sobre lo adecuado de la lactancia materna. Esta lactancia protege a la madre contra el cáncer de mama y a los niños contra el sobrepeso y la obesidad y, por lo tanto, contra los cánceres para los que el sobrepeso y la obesidad son un factor de riesgo.
Si alguien está especialmente interesado en el papel de elementos dietéticos concretos y su impacto sobre el riesgo de los distintos tipos de cáncer puede consultar los siguientes enlaces. Por si alguien espera grandes revelaciones, aviso de que no hay sorpresas que destaquen sobre lo anunciado en las recomendaciones generales:
Una última reflexión
Este tercer informe sobre dieta, actividad física y cáncer aporta una cantidad de información francamente asombrosa, separada en temas concretos y accesible a través de numerosos enlaces que cualquiera puede consultar en este vínculo.
Sin que la situación empiece a parecerse a Blade Runner –o quizá más bien a causa de ello-, la salud, el tiempo de vida en general y concretamente los años de vida sana que nos quedan por delante son una de las principales preocupaciones de todo el mundo. En este escenario la bestia negra tiene un nombre: cáncer. Todo el mundo tiene a su alrededor diversos casos de cáncer, un aumento directamente relacionado con el de los mercachifles que afirman tener soluciones a lo que -de momento- a veces no la tiene. Una consecuencia de nuestra inclinación para agarrarnos a un clavo ardiendo, incluso más allá de lo racional. Algo que el matemático universalista Henri Poicaré plasmó en una magnífica frase: «También nosotros sabemos cuán cruel puede ser en ocasiones la verdad, y nos preguntamos cuánto más consolador es el engaño».
Si en algún momento la desesperación os vuelve crédulos y os planteáis hacer caso a estos charlatanes -con o sin título de medicina, que los hay-, siempre podéis recurrir a este maravilloso post de Julio Basulto, en el que en cerca de 10 minutos de vídeo le pone las peras al cuarto a uno de ellos y a sus aberrantes consejos dietéticos anticáncer, que no se parecen en nada a lo que sostiene la ciencia desde hace mucho tiempo. Tenemos el cerebro hecho puré con tanta cúrcuma, jengibre, agua alcalina y todo ese tipo de zarandajas cuando hablamos de prevenir, evitar e incluso curar esta terrible enfermedad. Por esta razón es posible que no te guste lo que vas a leer a continuación.
Por mucho que las memeces editoriales sobre dieta y cáncer sean superventas, en materia de salud debemos acudir a la ciencia. Siempre y cuando lo que se pretenda sea hacer las cosas bien, y no seguir esta absurda moda. Además te ahorrarás una pasta, ya que los libros de memeces anticáncer cuestan dinero, a diferencia de los consejos sobre lo que científicasmente se sabe entre la relación del cáncer con la alimentación y la actividad física que son gratis total. Gra-tis.
Fuente: elcomidista.elpais.com