La riqueza de consumir lo de aquí se queda aquí
Las Islas Canarias cuentan con los mimbres suficientes en forma de productos y servicios como para que apostando por ellos seamos capaces de impulsar el tejido económico del Archipiélago, dibujando así un próspero escenario de futuro.
Como consumidores tenemos mucho más poder del que pensamos. Tanto, que se puede asegurar que nuestras decisiones en materia de consumo son tan importantes como la mayor campaña institucional destinada a promover los productos de una región sea cuales sean. Así, en nuestras manos está también parte del desarrollo de nuestras islas; apoyar alo canario es apoyarnos a nosotras y nosotros.
Gastronomía, agricultura, moda, tecnología, pesca, viticultura… El Archipiélago canario tiene suficientes herramientas en forma de productos y servicios como para que apostando por ellos seamos capaces de impulsar el tejido económico de las islas.
«Votar es algo que hacemos cada equis años, pero comprar es algo que hacemos todos los días. Diariamente damos nuestro dinero a una serie de empresas y ese dinero beneficia a veces modelos productivos que, si supiésemos qué tipo de conductas tienen, igual nos lo pensaríamos dos veces», explica la periodista especializada en consumo Brenda Chávez, autora del libro Tu consumo puede cambiar el mundo. «Con nuestro consumo podemos recompensar modelos productivos justos y responsables», añade.
Otro de los factores que influyen de manera notable en este tipo de consumo responsable es el de la proximidad o también llamado consumo local. Con frecuencia se repite que el consumo local tiene beneficios ambientales, sociales y económicos; pero no es sólo eso. El principal beneficio ambiental del consumo local es el ahorro energético y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, dado que los medios que transportan los productos desde lugares lejanos generan más emisiones.
Asimismo, se reducen los embalajes porque un producto que no viaja tanto no necesita tanta protección. Además, en lo referido a la alimentación, el consumo de productos de temporada favorece la economía local y reduce la importación de productos con su correspondiente transporte.
Con la irrupción del coronavirus, pequeños comercios y negocios tuvieron que cerrar sus puertas durante mucho tiempo. Aquellos meses ralentizaron la economía generando un parón económico sin precedentes pero, sin embargo, la normalidad es ya un hecho aunque no se debe olvidar, ahora que todo vuelve a ser como antes de la pandemia, que consumir el producto local continúa siendo importante: es este un buen momento de volver a ponerse manos a la obra y decidir qué queremos consumir y cómo queremos hacerlo.
Al comprar en un negocio pequeño local, el dinero que gastes se queda dentro de la comunidad local. Lo más seguro es que el negocio en el que has dejado dinero lo emplea a su vez en adquirir productos o servicios en otros negocios locales. Por lo tanto, apoyar el comercio local respalda otros negocios locales que a su vez estimulan la economía local.
Además, todo aquel que haya ayudado a recaudar fondos para una escuela u organización benéfica sabe que es mucho más fácil obtener donaciones de las empresas locales. Cuando este tipo de negocios hacen donaciones a organizaciones benéficas locales, no hay tanta burocracia no hay que esperar la aprobación de una oficina central para disponer del capital.
Por otro lado, el comercio o la industria local, insular o regional suelen ser un foco de generar empleo. Por ello, gastar dinero en estos negocios ayuda a crear y mantener empleo dentro de la comunidad.
A menudo, los negocios y empresas locales, insulares y regionales contratan personas con experiencia en productos más específicos, lo que conduce a un mejor servicio al cliente. Por ello, es normal ver empresas especializadas en productos y servicios muy valorados por la comunidad.
Fuente: Eldía.es