Las 6 mentiras y verdades sobre el melón que debes conocer
Dice el refrán que “el melón por la mañana oro, por la tarde plata y por la noche mata”, es un gran ejemplo de que la sabiduría popular en ocasiones falta a la verdad. No es cierto que no se deba comer melón por la noche, como tampoco lo es que no se pueda tomar después de comer, ni mezclado con otros alimentos, ni que haya que evitarlo en caso de dietas de adelgazamiento por su alto contenido en azúcar.
Existen numerosas verdades y mitos sobre las propiedades del melón, pues, que conviene revisar ahora que llega la temporada y quien más quien menos sucumbe en algún momento del verano a un atracón de esta fruta dulce y refrescante, que puede emplearse también en diversos platos.
No se debe comer melón por la noche
Falso. Comer una o dos rodajitas de melón por la noche es altamente recomendable, aunque solamente en estas fechas. “Es importante que nos concienciemos de que hay que elegir siempre frutas de temporada y de origen local”, señala el nutricionista de Medicadiet, Álvaro Sánchez, de manera que el melón es una elección excelente cuando llega el verano.
Es cierto que algunos profesionales aconsejan evitarlo por la noche dado su alto contenido en hidratos de carbono, que en principio no son necesarios cuando el cuerpo no requiere tanta energía. Sánchez señala, sin embargo, que “contra lo que mucha gente cree, el melón no es especialmente rico en carbohidratos, sino que su contenido es similar al de otras frutas, así que puede comerse sin problemas por la noche, como ocurre con cualquier fruta”. Así pues, si 100 g de manzana contienen 10 g de hidratos de carbono, 100 g de melón amarillo tienen exactamente la misma cantidad, la misma también que 150 g de melón piel de sapo.
El aporte en azúcares por porción es, por tanto, similar al de la manzana, y notablemente inferior al de uvas, higos, plátanos o mango. Sánchez recomienda, sin embargo, que acompañemos en consumo de una o dos porciones diarias de melón con el de otras frutas que complementen su aporte de vitaminas y minerales, y que lo consumamos a cualquier hora del día: antes o después de comer, solo o acompañado.
La sandía es más sana que el melón
Falso. Pese a que tanto sandía como melón son dos frutas de verano muy recomendables, pues son hidratantes, diuréticas y saludables, Sánchez recomienda primar el melón por encima de la sandía. “Si el melón tiene un índice glucémico medio, de 60, el de la sandía es de 70, que ya se considera alto”. Esto significa que la sandía, con un mayor índice glucémico, provocará un pico de glucosa en sangre que hará que volvamos a necesitar azúcar en poco tiempo. Además, al tener menos fibra que el melón nos saciará menos.
Es diurético
Sí, pero no debemos caer en sobrevalorar sus propiedades diuréticas. “Si alguien ha aumentado un kilo de líquidos ya sea por cambios hormonales, por la menstruación, calor, estrés o algún trastorno digestivo, el melón puede ayudar a eliminarlo gracias a sus propiedades diuréticas”, señala Sánchez, lo que no significa que sea quemagrasas, tenga calorías negativas o muchas otras mentiras que han circulado tradicionalmente sobre esta fruta. Al ser un 85% agua y contener fibra y potasio, nos ayuda a eliminar líquidos, aunque es conveniente recordar que “perder líquidos no es adelgazar: para perder peso hay que perder grasa, y no solo eso: debemos mantener a tono la masa muscular”.
En este sentido, la nutricionista Paloma Quintana alerta de que existe un gran desconocimiento sobre la retención de líquidos entre la población, ya que en realidad “muy poca gente tiene un problema real de retención de líquidos que la lleven a apostar por una dieta excesivamente diurética, y mucho menos por suplementos para eliminar líquidos”. La nutricionista asegura que si se presiona la piel y aparece un pequeño edema es señal de que “el organismo está bien hidratado, y que tiene un nivel medio alto de agua”, de manera que conviene tener cuidado con consumir un exceso de diuréticos que puede dar lugar a bajadas de tensión e incluso a la pérdida de vitaminas hidrosolubles.
Es bueno para el sistema nervioso
Cierto, y no solo para el sistema nervioso, sino que favorece numerosas funciones corporales gracias, en buena parte, a su alto contenido en potasio. Es curioso, señala Sánchez, “que con las numerosas mentiras que circulan sobre el melón prácticamente nadie sepa una verdad: que tiene muchísimo potasio, un mineral que buena parte de la población asocia con el plátano”. El potasio, de hecho, no solo es fundamental para el correcto funcionamiento del sistema nervioso, sino también para regular la tensión arterial, y combatir la retención de líquidos. El nutricionista alerta de que existe un déficit generalizado de potasio, un mineral “presente sobre todo en frutas y verduras de hoja verde”.
Tiene muchos antioxidantes
Falso. Se dice mucho del melón que es una fruta especialmente rica en antioxidantes, pero lo cierto es que tiene aproximadamente los mismos que una manzana, y que existen otras frutas y hortalizas que poseen muchos más. Los antioxidantes son importantes para prevenir la oxidación de las células, relacionada con enfermedades degenerativas, y suelen encontrarse en frutas y verduras, especialmente arándanos, fresas, frambuesas, espinacas o brócoli.
El zumo de melón es sanísimo
Falso. “Que apostemos esporádicamente por tomar las frutas en forma de zumos no es ninguna tragedia, pero deberíamos primar siempre el consumo de frutas enteras, ya que se aprovecha la fibra, fundamental para el tránsito intestinal”, explica Quintana. La nutricionista señala, no obstante, que pese a que es más interesante tomar el melón entero siempre que sea posible, es cierto que es una fruta especialmente versátil, que permite numerosas preparaciones muy agradecidas en verano, como zumos y sopas frías, que pueden constituir un entrante delicioso cuando aprieta el calor.
Fuente: https://www.lavanguardia.com/