Comienza la certificación de las primeras cerezas de la variedad navalinda, acogidas a la Denominación de Origen Protegida «Cereza del Jerte»
En el Valle del Jerte (Cáceres, Extremadura) están en pleno periodo de recolección de la cereza y se suceden las noticias. Por un lado, ya han comenzado a certificar las primeras cerezas, concretamente las de la variedad navalinda, acogidas a la Denominación de Origen Protegida «Cereza del Jerte»; y, por otro, han anunciado la celebración de una nueva edición del concurso que tiene como objetivo encontrar las cerezas y las picotas «más gordas» de la campaña cerecera.
Conviene recordar que en este valle se cultivan más de cien variedades de cerezas. De todas ellas, sólo cinco variedades autóctonas de cerezas y picotas cuentan con el sello de la Denominación. Todas ellas se caracterizan por su dulzor, su forma acorazonada y por ser crujientes.
La cereza de la variedad navalinda es la única de esta zona que se recolecta con rabito o pedúnculo, y su maduración temprana le hace ser la primera en llegar al mercado. Así, el inicio de su certificación supone la llegada al mercado de las primeras cerezas que cuentan con la contraetiqueta que garantiza su máxima calidad.
El presidente del Consejo Regulador, José Antonio Tierno, ha subrayado en una nota que afrontan esta nueva cerecera «con ganas, con esperanza y con mucha ilusión, máxime después del desastre del año pasado, en el que se perdió la mayor parte de la cosecha después de un episodio de tormentas y lluvias constantes».
Frente a estos resultados, las estimaciones se presentan más positivas para este año, y desde la D.O.P. se espera «que la campaña supere a la anterior y que sea buena tanto en volumen como en cantidad, aunque dependemos de que no haya problemas de climatología adversa», según Tierno.
Por el momento, la campaña avanza con unos ocho o diez días de adelanto y, de acuerdo con el presidente del Consejo Regulador, «no ha encontrado más problemas meteorológicos que los que suelen ser habituales en esta época de primavera». «A pesar de las lluvias de Semana Santa, en plena floración, se calcula una recolección estimada de 400 toneladas de navalinda, y unas 2.000 o 3.000 de picota«, ha detallado.
Tras la certificación de la navalinda, la D.O.P. continuará con las picotas del Jerte, que se caracterizan por su sabor dulce y porque se desprenden del pedúnculo de forma natural. Así, en el momento de la recolección, este queda prendido del árbol y el fruto se comercializa sin él. Las picotas certificadas cuentan con cuatro variedades diferentes: pico limón negro, pico negro, pico colorado y ambrunés —ésta representa entre un 80 y un 90% de la producción—.