Zumos, ¿mejor o peor que la fruta?
Fuente: telva.com
Los expertos recomiendan tomar fruta por su contenido en fibra y menos azúcares
Aunque los zumos, sobre todo los naturales, son una bebida muy apreciada por los devotos de los productos saludables y orgánicos, su consumo también tiene inconvenientes. El principal, el azúcar que contiene y que al tomarlos en lugar de la pieza de fruta, dejamos de consumir fibra, clave para prevenir ciertos tipos de cáncer, como el de intestino y colon.
Los expertos son claros al respecto: un zumo de fruta no es el equivalente de una pieza de fruta fresca: no nos aporta lo mismo y no provoca la misma reacción en nuestro organismo al consumirlo. Para entender el fenómeno con datos, basta señalar que un vaso de 250 mililitros de zumo de naranja contiene cerca de 110 calorías, frente a las 45 de una pieza completa.
Ni los zumos hechos en casa se libran de la sospecha. Una nueva investigación realizada por la Universidad de Emory (Atlanta) y la Universidad de Cornell (Nueva York) ha abierto el abanico a todos los zumos de frutas, tanto los comprados como a los hechos en casa con el exprimidor o la licuadora; no así a los smoothies, en los que aprovechamos la fruta entera. El estudio desmonta la creencia de que los zumos son sanos y nutritivos y aunque es cierto que tienen muchas vitaminas y nutrientes, todos deberíamos limitar o desterrar su consumo: no son tan ‘healthy’ como pensamos. Al exprimir la fruta estamos desechando la pulpa, donde se encuentran gran parte de sus nutrientes y, sobre todo, la fibra.
CUIDADO CON LA DIABETES
La investigación antes mencionada, publicada en la prestigiosa revista académica Journal of the American Medical Association (JAMA), demostró que beber un vaso de zumo de 350 mililitros al día puede aumentar el riesgo de muerte prematura hasta en un 24%. Un vaso de tamaño normal de este jugo puede sumar hasta 33 gramos de azúcar. Para los expertos, los azúcares presentes en el zumo de fruta, aunque sea recién exprimida, se consideran «azúcares libres», sospechosos de estar implicados en patologías crónicas y no son, por tanto, una buena alternativa a las bebidas azucaradas en temas como la prevención de la diabetes tipo 2.
De hecho, un estudio publicado en 2013 por Muraki y colaboradores en la revista British Medical Journal, observó que un mayor consumo de zumos de frutas se asociaba a un mayor riesgo de padecer diabetes tipo 2. Los estragos que el zumo causa en la salud son debidos a su elevado contenido en fructosa, el azúcar presente de forma natural en las frutas, que aumenta nuestra resistencia a la insulina y estimula las hormonas que promueven la acumulación de grasa, sobre todo en la tripa. Todo ello conduce a una mayor probabilidad de sufrir una enfermedad cardíaca o diabetes.
OBESIDAD… Y CARIES
La Academia Americana de Pediatría, por su parte advierte de que beber demasiados zumos incrementa el riesgo de ganancia excesiva de peso. Entre otros motivos, porque los zumos no estimulan la masticación.También existen datos que relacionan el consumo de zumos de fruta con el riesgo de padecer caries dental.
Si hablamos de zumos comerciales debemos ser conscientes de que lo que estamos tomando es zumo concentrado de las frutas en una determinada proporción (un producto procesado, ya que a menudo se deshidrata y después se le añade agua) mezclado con agua. Eso sí, desde el año 2013 la legislación impide que los zumos envasados contengan azúcar añadido: en este caso deben pasar a llamarse «néctares» que, si miramos su información nutricional, están más cerca de un refresco que de un zumo de frutas.
En resumen, debemos calmar la sed con agua, y no con zumo, el zumo no debe convertirse nunca en un sustituto de la fruta y tomar fruta en su forma original, tal y como sale del árbol.